Todos los días y cada hora la revolución de las tecnologías no deja boquiabiertos, una no termina de entender algo y ya aparece el otro algo que lo supera, o incluso que demuestra que el primer algo era equivocado y ahora sí, vemos por fin el algo inequívoco. La tecnología nos ha permitido ver una ruta, un mapa que antes ni sabíamos leer en papel pero oh milagro de su pantalla ahora usted puede gracias a Google ir y venir de su casa a Japón o a las Islas Canarias y ver el recorrido de su supuesto avión. Es más, si Ud. desea, puede mirar su casa desde el satélite y dentro de poco se va a ver usted mirando su casa desde la computadora. Sin dudas eso sucederá en breve. Los años dorados donde usted imaginó o soñó poder ver un ídolo favorito casándose es un juego de niños de jardín de infantes. En breve usted podrá sentir el aroma del banquete de ese casamiento; las sensaciones ya están al alcance de la mano entre su pequeña portátil y sus ídolos favoritos. Viajar incluso será cosa del pasado, el petróleo escasea y usted viajará virtualmente. En gran parte usted ya lo hace, va a casa de sus amigos o parientes que viven a miles de kilómetros cuando chatea o facebookea con ellos.
Sin embargo en ningún apéndice informático se ha inventado ni se va a inventar cómo se puede reír y adelgazar. Y eso es funesto, maquiavélico y es a propósito. Lo hacen para tener gente para discriminar. Como no van a poder inventar una máquina que acumule las calorías gozadas en una risa y las queme tipo trote. Es ridículo que sigamos trotando, corriendo, sudando horas, haciendo Pilates, yoga, y como si eso fuera poco, padeciendo las mil y una dietas. Nunca se puso a pensar que en este nivel de comunicación e inventos es totalmente ilógico que no se haya inventado la máquina que con placer, y digo risa porque a todos nos gusta descostillarnos de risa, se pueda con ella idear la masa corporal humana dejándonos a todos igualitos para que no sufran unos pocos y se llenen los bolsillos los inventores de ejercicios y dietas.
Y no hablemos de los cirujanos plásticos, que se inventan a cada rato como sacarle a uno un pedazo de allá, aspirarle otro poco de acá, encajarle un anillo a cuyá, ni los nombren a ellos, seguro que en parte son responsables de que la máquina de risa para adelgazar nunca llegue al mercado.
Seguirán llegando lechugas con menos calorías, gaseosas asquerosas llenas de edulcorantes naturales o químicos, inventaran la pastilla de soja que alimente África entera, pero no le van a dar con la máquina que lo haga a usted feliz y flaco. No señor, antes se mueren todos, porque si la llegan a inventar…se acabó el chiste de los talles XXG. Se acabó el chiste de no comer chatarra, de vivir sano y caminar una hora por día. Se acabó la gigantesca producción de medio millón de dietas al año publicadas por Internet y cuanta boludez escrita en papel hay. Se acabó con los cirujanos arranca pedazos, y con los pone anillos, y se acabó con las señoritas que vomitan o no comen y con las psicólogos que esas niñas necesitan. Se acabó con la ERA Light, la Era Liviano, la Era sin grasa, la Era sin calorías.
Al diablo con todo el aparato montado para que desfilen y se aparezcan sólo mil personas escuálidas de moda: todos seríamos la moda. Todos igualitos de flacos, todos contentos y felices, flacos cadavéricos comiendo cualquier porquería. Porque¿ quién iba a resistirse a tragar todas las cosas ricas que te venden si después en lugar de correr una hora o parar de comer por un mes te vas a una máquina que además de quemar calorías te hace morir de risa?
NO LA VAN A INVENTAR.
1 comentario:
Bravo, María Luisa!! Apoyo su iniciativa y la invito a iniciar una movida en favor de la máquina que adegalce. Jjaja. Me encantó. Espero que nos siga deleitando con sus inventos.
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