He comentado ya acerca de mi amor por las letras y de cómo ellas me llevan a escribir. Esta inevitable necesidad es la que intento plasmar en el poema:
Rito visceral
Como en un rito
se prepara mi cuerpo.
Todo es gesto pendiente
de la primera chispa.
Los ojos se iluminan, se entornan
y, entre las pestañas,
se avecina el milagro.
El pecho se conmueve expectante.
La lenta corriente de la sangre
acelera su ritmo,
se agolpa en el corazón.
Los pensamientos, sonidos
que ascienden por la garganta.
En la boca, el hallazgo
se escapa entre los labios
como una melodía.
Son las manos, sin embargo…
las que dan forma
a este visceral
rito de escribir.
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